El Manifiesto de la Madre Emprendedora  te va a ayudar a tomar conciencia de tu rol como mujer trabajadora, creadoras de tu propio empleo, para afrontar con claridad los retos del mundo familiar y laboral.



Hace días que estaba pensando en escribir esta declaración de principios que toda mamá emprendedora debería tener presente.

Me surgió a partir de preguntarme ¿En qué creo? ¿Cuáles son mis motivos? ¿Por qué estoy haciendo lo que hago?

La lista resume las intenciones, los objetivos y las creencias de las mujeres que creamos nuestro propio trabajo en ese momento tan especial de la vida como es la maternidad.

La comparto con vos y me alegraría mucho que me dejaras tu opinión en los comentarios.





MANIFIESTO DE LA MADRE EMPRENDEDORA
- Bloc de Notas - 

QUIERO

Quiero pasar tiempo con mis hijos
Quiero trabajar de lo que me gusta
Quiero ser independiente
Quiero hacer realidad mi proyecto
Quiero ganar mi propio dinero
Quiero aportar soluciones
Quiero ayudar a los demás
Quiero establecer lazos con mi comunidad
Quiero confiar en mí misma
Quiero ser dueña de mi propio bienestar

CREO
Creo en la Cooperación más que en la competencia
Creo y valoro mi trabajo
Creo que es posible no renunciar a nada: ser mujer, mamá y trabajadora

ACEPTO
Acepto ser imperfecta
Acepto que no puedo controlarlo todo
Acepto que a veces hay que pedir ayuda

PUEDO
Puedo respetar mis tiempos
Puedo disfrutar la vida
Puedo ser una mamá consciente y comprometida
Puedo ejercer mi profesión u oficio
Puedo ocuparme de mí misma
Puedo liberarme de las etiquetas de lo que debo ser


Seguramente te sentirás identificada con estas cuestiones. Si tenés otras razones no dudes en escribirme y contármelas para que las agregue.

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Trabajar en casa no siempre resulta el paraíso que muchos imaginan. Como mamá emprendedora sabés que hay momentos complicados en donde reina el caos y aparecen las dudas. Uno de ellos es cuando nace un bebé. Ahí es donde te preguntás cómo conciliar la crianza de los hijos y el trabajo desde casa.



Volver al trabajo depués que nace el bebé no sólo resulta complicado para las  mamás que trabajan fuera de casa sino también para las emprendedoras que tienen su oficina/taller en el mismo lugar en el que viven.

Sé por experiencia que cuando nace un bebé o tenemos hijos chiquitos que todavía no pueden entender nuestras obligaciones laborales se vuelve muy difícil mantener una rutina ordenada en donde todas las piezas calcen a la perfección.

Las coincidencias de la vida hacen que justo cuando estás hablando por teléfono con tu cliente a tu bebé se le dé por llorar a grito pelado.

Los chicos entienden más rápido que mamá está trabajando cuando no está en casa.
Pero si sos "emprendedora domiciliaria" estás ahí, siempre disponible para ellos (o eso es lo que piensan).

El límite es más difícil de percibir y sin darte cuenta vos también lo perdés de vista.  Las cuestiones domésticas se mezclan con lo laboral y ¡chau idilio de mamá feliz que maneja sus tiempos para trabajar y cuidar de sus hijos!

Te sentís agobiada y la idea original de poder alinear tus ocupaciones laborales con la crianza y cuidado de tus hijos empieza a chocarse con la realidad.

Pero ¡no te desesperes!

Hay un tiempo en el que los hijos requieren mucha atención y nos cuesta organizar las tareas de la casa con las del trabajo.

A mi me pasó cuando nació mi tercer hija.

Pero con el tiempo fui encontrando estrategias que me sirvieron para transformar esa sensación de caos y trabajar más tranquila.

Uno de los temas recurrentes cuando emprendemos es la incertidumbre. Y la llegada de un cambio en nuestra vida la acentúa.

Estas son las preguntas que te hacés cuando sos emprendedora y mamá (o estas por serlo):

Cuando está por nacer el primer hijo: ¿podré trabajar con el bebé en casa?
Cuando está por nacer el segundo hijo: ¿Podré ocuparme del nene, el bebé, la casa y el trabajo?
Cuando está por nacer el tercer hijo: ¡¿Me voy a volver loca?!

Y no sigo...

Dos de los miedos más sólidos son :

¿Me va a alcanzar la plata? ¿Cómo impactará en mi economía familiar si produzco menos?

¿Me va a alcanzar el tiempo? ¿Cómo me voy a adaptar a la nueva rutina?

En este artículo te cuento cómo superar el miedo.

Lo que te puedo decir es que cada bebé es único. Siempre somos primerizas. Cada hijo va a imponerte nuevas reglas y eso que creías consolidado probablemente lo debas echar por tierra. No apliques fórmulas propias ni ajenas.

Para mí la palabra mágica es FLEXIBILIDAD. No te aferres a las estructuras que te venían funcionando porque impiden que te adaptes a la nueva realidad. Viví los cambios como lo que son: Transiciones, momentos que te hacen propuestas diferentes.

Conservá la calma. Todo pasa. Aunque ahora te sientas desbordada vas a ir encontrando tu propio camino, tus rutinas favorables. No te desesperes. Respirá y buscá la forma de acomodarte a la nueva realidad. Confiá en que podés hacerlo.


Estrategias para mejorar la productividad cuando trabajás en casa

Comparto con vos estrategias para mejorar la productividad sin desatender a tus hijos ni volverte loca.

Empecemos por lo obvio:

- Un portabebés te ayuda a tener las manos libres (una cosa que empezás a valorar cuando tenés hijos) y usarlas para tu trabajo.

- Pedir ayuda. No siempre es fácil pero delegar algunas cosas es necesario. Eso sí, que las reglas estén claras.

- Trabajá en los tiempos que quedan libres. Planificá las tareas en tiempos breves con el método de las 10 grullas para la organización.

- Contestar emails, consultas, procesar órdenes de compra mientras amamantás. Pero ojo! Esto no lo hagas siempre, no lo tomes como rutina, sino como una alternativa para alguna ocasión. Recordá que amamantar es un momento muy especial y tenés que dedicarselo a tu hijo.

Sigamos con lo no tan obvio:

- Extendé los tiempos de entrega de tu producto o servicio. Ningún cliente se ofende si tiene que esperar más siempre y cuando esté informado y acepte esos plazos.

No dudes en contar tu situación. Ahora sos mamá y tus tiempos cambiaron. Explicalo y te va a sorprender cuánto te entienden.

- Generá ingresos pasivos. Stockeate y publicá en tiendas online. Lo único que queda para cuando tenés menos disponibilidad es contestar mensajes y realizar los envíos.

- Planificá tus horarios de trabajo. Escribí cada rutina en un cuadro y vas a poder visualizar los espacios libres. Intentá trabajar en esos momentos.
Reservá un tiempo para tu propio descanso y relax. Te va a servir para que tus ideas fluyan porque tu mente se relaja y eso hace que luego mejore tu atención y  productividad.

- No pretendas tener la casa impecable. Sólo tratá de mantener el orden para que puedas trabajar mejor

- No te deseperes si por ahora no podés producir lo mismo que antes. Eso no dura para siempre y vas a ir recuperando los niveles anteriores.

-Aunque estés en tu casa estás trabajando así que si recibís una llamada personal no dudes en decirle que en ese momento no podés atenderla.

-No atiendas en el celular llamadas laborales cuando consideres que no es tu horario de trabajo.

-Programá respuestas automáticas en tu correo para contestarlas cuando puedas.

- Si usás las redes sociales profesionalmente programá post con anticipación y no pierdas el tiempo en ellas

-Aceptá que el día tiene 24 horas y que tenés que repartirlo entre tu trabajo y tus hijos. Si un día lo dedicás a cocinar para toda la semana entendé que ese día no te podés dedicar a tu emprendimiento. Y lo mismo al revés: Si tenés una entrega urgente para un cliente, pedí pizza!

Ser mamá y trabajar en casa no es fácil  pero es una forma muy buena para sentir que no tenés que renunciar a la crianza de tus hijos o a tener tu propio ingreso.

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¿Cuántas veces dejamos de hacer algo por miedo al fracaso? ¿Pero qué significa el fracaso para cada uno de nosotros? ¿Por qué algunas personas encuentran oportunidades en los tropiezos y otras los convierten en la excusa perfecta para abondonar su proyecto?


En esta semana el tema recurrente de conversación tanto en el grupo Mamás Emprendedoras en Facebook como en los emails fue el miedo.

Miedo que paraliza,
miedo a que salga mal,
miedo a las críticas y autocríticas...

Miedo que nos nos deja animarnos a ir por lo que nos proponemos.

Básicamente tenemos miedo al cambio, a lo desconocido.

Por eso procastinamos, es decir, que tenemos ganas de hacer algo, pero ante la duda, no avanzamos, nos quedamos en nuestra zona de confort porque a pesar de no estar a gusto en ella, es lo que conocemos.

En definitiva no tomar ciertas decisiones por miedo es también renunciar al éxito, al logro de nuestros objetivos.

¿Por qué nos decimos a nosotras mismas : "Tal vez no funcione..." en lugar de "tal vez funcione..."?

Muchas veces son las opiniones ajenas y entonces nos enojamos con quienes no nos apoyan.

No nos damos cuenta que en realidad nos estamos enojando con nosotros mismos porque no encontramos afuera lo que deberíamos encontrar en nuestro interior: Esa confianza y seguridad para poner manos a la obra y convertirnos en lo que queremos ser.


Opiniones ajenas



Descubrir las oportunidades 

Todos atravesamos en alguna oportunidad miedo ante alguna situación nueva o desconocida. Sentimos miedo a equivocarnos, a perder lo que tenemos, a que las cosas no salgan como queremos...

Pensamos que si no tenemos éxito esto nos califica como personas, no valemos lo suficiente.

Pero sabemos que somos mucho más que nuestras decisiones y que fallar muchas veces es parte del camino hacia el éxito.

Hace unos días conocí la historia de Alparamis, la hermosa tienda de productos navideños, deco y regalos.  Aunque no lo creas, este negocio empezó siendo un vivero y a partir de algo que salió mal se transformó en lo que es hoy.

Un pedido muy grande de pinos fue suspendido y como no tenían lugar para ponerlos en el local los empezaron a acomodar en la calle. Como era víspera de navidad, los decoraron. Para su sorpresa la gente se acercaba a comprar los adornos. Fue entonces cuando cambiaron y se convirtieron en esa "Aldea Mágica" como les gusta llamarla.

El fracaso no está entonces en cuestiones externas sino que tiene que ver con cómo vivimos internamente esa situación.

Pueden criticarnos, pueden decirnos que perdemos el tiempo pero hay que aprender a ignorar esas críticas y escucharnos a nosotras mismas.

El miedo es una de las principales razones por las que no hacemos realidad lo que nos queremos.

Por eso en este post te propongo algunas ideas para superar el miedo y pasar a la acción.


6 claves para superar el miedo.

1- Animate a llevar adelante lo que te proponés. Si no sale como esperabas miralo como un aprendizaje, una forma de adquirir el conocimiento necesario para mejorar

El fracaso no sos vos. El fracaso no te define como persona. Separálo de quien sos y entendelo como una circunstancia que te impulse a lograr otras cosas. No magnifiques tus errores.

2- Cuando las cosas no son como esperabas buscá aliento en tu motivación. Volvé al principio y recordá tus ¿por qué? Cuál era la esencia de tu pasión. Enfocate en tu aprendizaje y no en tu miedo. Hay una información valiosa en las cosas que no están saliendo bien: Ya descubriste la forma de cómo no hay que hacerlo. Cambiá el rumbo.

3- Aceptá el riesgo. No quieras tener todo resuelto y controlado. Las grandes cosas en la vida no se dan así.

4- No niegues el miedo. Aceptálo como algo natural cuando te lanzás a lo nuevo. No luches, es normal sentirse así. El desafío está en aprender a manejarlo y que no domine tus acciones. Identificá tus miedos para vencerlos.

5- Sé constante. Que no te importe el qué dirán. Vos estás trabajando por lo que realmente querés y debés concentrarte en eso. Buscá la forma de progresar sin tener que probarle nada a nadie.

6- No te pre-ocupes. Chau a los fantasmas! Muchas de las cosas que nos pre-ocupan existen solamente en nuestra inquieta cabecita. Dejá de pensar y empezá a hacer. Vas a ver cómo muchas de esas cosas que te maginabas que podían arruinarte nunca pasan.

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Flor